Queremos una ciudad verde

Victoria Espasandín es vecina, antropóloga, feminista y concejala municipal.  Creció en Solymar, es de Ciudad de la Costa, su lugar en el mundo, el que conoce y ve transformarse día a día, el que habita, construye y piensa sobre su futuro. Nos cuenta que el año pasado, en el marco de las elecciones municipales, trabajaron sobre el Programa Municipal y compartieron  un hermoso proceso de verse y pensarse en Ciudad de la Costa. Cuenta que, ante la pregunta «¿qué ciudad queremos?», la respuesta se reiteraba: una ciudad verde.

TVL: Sabemos que unos de los temas que estás impulsando en esta administración municipal es el de forestación en la ciudad, ¿qué importancia le das a este tema?

VE: En estos últimos años, la ciudad ha tenido grandes transformaciones, las obras de saneamiento, la pavimentación, el drenaje pluvial… Obras necesarias y demandadas. Estas obras han propiciado la pérdida significativa del arbolado público, una pérdida sin control y muchas veces innecesaria, que revela la falta de valoración del arbolado público como patrimonio identitario de nuestra ciudad.  Es necesario poner en valor, cuidar este patrimonio común, cambiar la mirada y la estrategia para su reconocimiento y preservación, como un elemento constitutivo de nuestra identidad costeña. 

Una concepción feminista de la vida pone al cuidado en el centro de las políticas y de la acción, implica el derecho a cuidar y a ser cuidado, el cuidado del medioambiente, de los recursos naturales, de los ecosistemas. Promover espacios ambientales de calidad conlleva la mejora de la calidad de vida de quienes habitamos la ciudad, poniendo en cuestión el modelo de consumo de recursos territoriales y ambientales sin límite. Cambiar la forma que nos relacionamos con nuestro entorno, poner la sostenibilidad de la vida en el centro. Una ciudad verde desarrolla estrategias para recuperar su flora y fauna autóctona, y, en este sentido, es fundamental priorizar la forestación con especies nativas por su aporte a la biodiversidad y la reconstrucción de los ecosistemas, además de hacer a nuestra ciudad aún más hermosa.

Los árboles cumplen un servicio público fundamental, permiten el desarrollo de la vida social en el espacio urbano, el arbolado ejerce efectos positivos sobre las condiciones ambientales urbanas: regulan las temperaturas extremas, proveen sombra y reparo, son refugio de flora y fauna, atenúan y filtran los vientos, reducen los ruidos, infiltran agua, purifican la atmósfera por la captación de partículas de polvo, aportan a la conservación de la biodiversidad.  

Una ciudad verde es una ciudad saludable, amigable y que contribuye a la sostenibilidad ambiental. Es imprescindible el compromiso individual y colectivo en la construcción de un futuro sostenible y cuidadoso del patrimonio ambiental de nuestra ciudad. 

 

TVL: Contanos brevemente cuáles han sido las acciones que se han realizado en estos primeros meses de la nueva gestión.

VE: En estos meses hemos acompañado tres acciones:

Una propuesta de restauración dunar. Apoyamos la acción de vecinas, vecinos y organizaciones sociales en la generación de cercas captoras de arena para la restauración de dunas.  Esta acción implica el control de especies exóticas invasoras en la franja costera; mediante la poda, se debilita la población, sobre todo de Acacias longifolia, lo que favorece el desarrollo de flora nativa, al eliminar la competencia por recursos. Son preocupantes las invasiones biológicas en el ecosistema costero, algunas desde hace años como el caso de las Acacias longifolia y otras recientes como el caso del ricino y la caña. Desde el Municipio, en estos últimos meses del año, apoyaremos un proyecto más amplio en este sentido. Las jornadas de restauración dunar que acompañamos fueron muy emocionantes, en ellas aprendimos, compartimos, nos comprometimos con nuestra costa. 

Otra actividad que acompañamos desde el Municipio fueron las dos jornadas de Plantatón, donde se plantaron unos 450 árboles nativos en la franja costera a la altura de San José de Carrasco, en ella participaron muchos niños y niñas con sus familias, otra instancia de gran aprendizaje y compromiso colectivo por nuestro entorno.

En este momento, tenemos cien ejemplares, casi todas especies autóctonas, donadas por el vivero municipal cuyo destino serán espacios públicos definidos en base a solicitudes llegadas al Municipio. Son muchos los proyectos que llegan de la comunidad para forestar espacios públicos, con fines ornamentales o bosques comestibles.  Hay mucho por hacer, pero son muchos los miembros de la comunidad comprometidos con esto.

 

TVL: Luego de estas acciones, que por lo visto han tenido diferentes actores y formatos, ¿qué puedes valorar como positivo de ellas? ¿Cuáles han sido las dificultades que se deberían evitar o neutralizar para nuevas acciones.

VE: En las acciones que acompañamos valoramos el compromiso de la vecindad, las ganas de hacer, de cuidar el entorno que habitamos, la preocupación por el medioambiente. Todas acciones que construyen comunidad, donde el esfuerzo colectivo se despliega y realmente emociona.

Creo que una dificultad es el desconocimiento, la falta de conciencia del impacto que generan nuestras acciones, y que estamos inmersos en un sistema que se relaciona de forma extractiva y depredadora con los recursos naturales del entorno, donde, muchas veces, priman los intereses privados sobre los colectivos. La toma de conciencia y las oportunidades de hacer en colectivo son el camino. Desde el Municipio, nuestro rol es acompañar, promover y fortalecer estos procesos.   

 

TVL: ¿Qué proyectos en relación a este tema tiene el Municipio? ¿Cuáles piensas que se podrían llevar a cabo en el corto, mediano y largo plazo?

 

VE: El objetivo es instrumentar un plan de forestación que devuelva el verde a las veredas, la sombra a las calles y el canto de los pájaros. Propiciar, acompañar y fortalecer las iniciativas que se sustentan en la participación ciudadana, en la educación ambiental y en el mejoramiento de los espacios públicos. La identificación y el involucramiento de la comunidad en el cuidado y conservación del arbolado y los espacios verdes.  Algunas acciones:

  1. Mejorar el arbolado urbano para el uso y disfrute de los espacios públicos de la ciudad, considerando distintos usos y áreas: bosques comestibles, plantación ornamental en principales avenidas, forestación de parques lineales, forestación en plazas, etcétera. 
  2. Invitar al vecindario a realizar acciones de plantado de ejemplares frente a su propiedad, según longitud y espacios, debiendo ser adquirido el o los ejemplares en viveros locales privados y respetando la variedad adecuada al sector, calle o barrio.
  3. Propiciar una cultura de respeto del medio ambiente.
  4. Promover la participación y apropiación barrial en la implementación y sostenibilidad de las propuestas, elemento que fortalece la identidad costeña.
  5. Promover que los frentes de los comercios tengan árboles y que la cartelería no los obstruya.
  6.  Concientizar en la protección y cuidado responsable del arbolado ante el avance urbano. Estudiar la forma de salvar cada árbol cuando se habiliten, ensanchen, o asfalten las calles. Asimismo, cuando se autorice, loteos o construcciones. 

El desafío es enorme, pero son muchas las voluntades y manos para llevarlo a cabo.

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