Fotografías: © Rosana Greciet/ Cortesía de Danza Roja

Un movimiento que sana, una terapia en movimiento

Experiencias de Danza Roja en El Pinar

02.09.2022 Entrevista: Carlos Schiaffarino y Juan Oliveras

Muy cerca de la playa, en la calle Gaboto, casi Magallanes, Trasnversal.uy visitó al Espacio Alaluz para encontrarse con Vale y Sofi.

A modo de presentación…

«Soy Valérie, danza movimiento terapeuta (dmt) y educadora social, y vivo en El Pinar. En dmt me formé en el 2015 y 2016 en el espacio de Diana Fischman: BRECHA, Buenos Aires, y vengo trabajando con el cuerpo desde el 2011 desde el tango, la dmt, la danza comunitaria y la performance en el espacio público. 

Mi búsqueda es cómo volver a lo más originario de mi cuerpo, y cómo trabajar desde ahí, buscando lo terapéutico desde esa búsqueda. Volver a mis gestos, como me siento, mis apoyos. Volver a lo más primario del cuerpo y cómo ello nos construye. Cómo desde un principio, desde la panza y después cuando somos niñes, tratando de conectar con todo eso. Desde lo más chiquito, lo más primario, hasta lo más grande: la expresión corporal, los gestos, lo más simbólico. Y cómo con ello construimos un lenguaje. Ahora estoy hablando con palabras, pero en realidad nos comunicamos mucho con todo el cuerpo. Buscar eso.

Siento que estamos en una sociedad muy intelectual, le damos mucha pelota al cerebro, a la intelectualidad. Estoy en esa búsqueda. La danza movimiento terapia me ha dado herramientas de cómo llegar a esas cosas. También el tango, la danza comunitaria, y la performance. Todo eso es la misma búsqueda: volver a esas herramientas de comunicación, de crear vínculos, de conectar con mi energía vital.»

«Yo soy Sofí, estudiante ya hace más de siete años en la Escuela Universitaria de Música. He pasado por muchas bandas, tengo muchos proyectos. Hoy estoy con un dúo, en donde tocamos temas propios mechados con folklore. El grupo se llama PajaraPez. Vengo de Montevideo, pero hace cuatro meses me mude para el Remanso de Neptunia. Fue una elección de vida, y estoy muy contenta de haber tomado esa decisión. Ahora estoy dando clases en nivel inicial, maternal, primaria. En Lagomar hacemos con mi compa de banda un taller de música en un residencial que resultó ser una experiencia muy interesante.

Conocí a Vale por un amigo, y me hizo esta propuesta. Nunca había experimentado esto de acompañar la danza con la música en un grupo de terapia. Es algo totalmente nuevo para mí y súper estimulante.»

Transversal.uy: ¿Cómo se conocieron?

Sofi: Fue a través de un amigo con quien toco en una comparsa en Ciudad Vieja que me contó del proyecto Danza Roja y que estaban buscando un músico o música de la vuelta para hacer de acompañante. Y a mí me encantó. Me acuerdo que nos juntamos a caminar y conversar muy cerca de aquí, y fue justo antes de una tormenta increíble. Seguramente encontramos esa paz que hay antes de cada tormenta. Caminamos y caminamos hasta que la tormenta era inminente. Nos despedimos diciendo: «Lo hacemos». Ahí Valérie se fue de viaje, pero con todo ya acordado. Y a su vuelta comenzamos.

Travnsversal.uy: Valérie ¿vos qué buscabas y qué encontraste con Sofí?

Para las sesiones de danza movimiento terapia buscaba a una persona que tenga la capacidad de observar y entonar de acuerdo a lo que pasa en el grupo. Es la entonación afectiva del cuerpo en movimiento. Lo observamos mucho en les padres con sus hijes. Busqué eso, más que nada que tuviera esa capacidad de observar, de entonar afectivamente y de acompañar desde lo musical lo que se está moviendo. Y siento que es una capacidad muy específica, porque los músicos están acostumbrados a ser escuchados y no a escuchar. Es decir que en el caso de Danza Roja la propuesta es al revés. La música baila, toca lo que se mueve. Y no solo los movimientos, sino también las emociones. Escuchar las emociones. Cuando el grupo está tranquilo, cuando te das cuenta que sube el tono.

Transversal.uy: Cuéntennos sobre la danza roja.

Vale: Danza Roja es el nombre que yo le di a la propuesta. La herramienta es la danza movimiento terapia. Es una forma de terapia que se desarrolló en los años 1940. La historia de la dmt cuenta que las pioneras —Marian Chace, Trudi Schoop, Lilian Espenak, Mary Whitehouse, entre otras— todas bailarinas que se empezaron a interesar por el valor terapéutico del movimiento y de la danza. Por diferentes vías empezaron a investigar la danza como herramienta terapéutica y la empezaron a vincular con el conocimiento de aquellos tiempos: el expresionismo, el análisis del movimiento y el psicoanálisis.

Marian Chace empezó a trabajar en un hospital con pacientes psiquiátricos que volvieron muy traumados de la Segunda Guerra Mundial, incapaces de poner en palabra todo el horror que vivieron. Entonces, el hospital convocó para un proyecto que llamaron Danza para la Comunicación y Chace empezó a trabajar con los pacientes desde la danza y el movimiento, tratando de poner en símbolo, en imagen, en movimiento, lo que les había pasado.

Allí se puede decir que son los inicios de la danza movimiento terapia. La dmt no es una danza. La dmt es un trabajo terapéutico desde el movimiento, es una forma de psicoterapia corporal, terapia psicosomática, o, si querés, terapia psicofísica. Es una forma de conectar el cuerpo con la psiquis, buscando simbolizar lo sentido a través del movimiento para ordenar y entender emociones. Nos ordenamos desde la palabra, desde el pensamiento. Por eso es muy importante darme cuenta, sentir, las cosas que me pasan y que a veces no puedo poner en palabras. Muchas que vienen desde lo inconsciente, y moviéndome, y moviéndome en grupo, le puedo dar un movimiento, un color, un juego, un contacto. Y ahí, poco a poco, puedo empezar a conectar y poner en palabra para entender lo que me está pasando.

Es lo que hacemos en nuestras clases, empezamos con un precalentamiento, entramos en juego. El tema primero es reconocer cómo me muevo, luego ampliar mis posibilidades de movimiento. Y con eso la forma de ampliar mis formas de comunicarme con otros. Por eso también trabajamos en grupo. Y por eso también es muy rico esto de la música en vivo. Porque reacciona y acciona, da estímulos.

Me acuerdo la primera sesión que hicimos juntas. Cuando Sofí empezó a cantar, fue como se me ampliara la caja torácica y me daba ganas de expresarme desde la voz y la respiración.

Transversal.uy: Sofí ¿cómo es tu intervención?

Sofi: Para mí es totalmente nuevo. Yo siento como si también estuviera adentro de la sesión. Soy una más. Cada encuentro es un aprendizaje distinto. Me ha dado cuenta de cosas diferentes que me pasan a mí también, en el hacer, en el movimiento. Es difícil de explicar, cada detalle importa, pero todo se enmarca en algo más general. Cada persona trae su mundo, yo comienzo en un costadito, pero enseguida estoy dentro del grupo. Te lleva mucha preocupación en la observación y en la escucha. Y un compromiso a lo que yo puedo aportar. Siempre intentando leer los movimientos, el clima. Todo es necesario para que mi participación también fluya. Mi rol no es mírenme, escúchenme, sino que es acompañar todo lo que sucede, de repente una participante se expresa y hay un aire que se puede seguir, o un movimiento que me presente un hilo, yo la sigo. Y muchas veces el grupo también la sigue. Y muchas veces nos olvidamos quien comenzó. Y se repite, yo sigo a alguien, alguien me sigue a mí, se dan esas interacciones sin palabras, solo movimientos y música.

Los participantes

Transversal.uy: ¿Quién participa hoy y a quién invitarías para participar?

Vale: En un principio yo quería armar un grupo cerrado para trabajar en un proceso de tres meses para mujeres y disidencias. Esa fue la propuesta inicial. Me interesa, y me interesaba generar un espacio seguro entre mujeres y abrirlo a las personas que se sienten o identifican con ser mujer.   

Y entonces comenzamos con sesiones abiertas, hicimos dos. La primera fue la inauguración que hicimos con Rosana Greciet la sesión de fotos. Ella es artista plástica de El Pinar.

Ahí las primeras participantes preguntaron mucho sobre esta propuesta. Y con las preguntas y en base a las experiencias de las primeras sesiones la propuesta se fue modificando y adaptando. Hoy el enfoque principal es que la gente conozca la danza movimiento terapia como propuesta terapéutica. Danza Roja viene siendo encuentros de introducción a la dmt abierto para todo público. Podés venir una vez, o todas las semanas. Lo mejor es comenzar un proceso. Nosotras, Sofi y yo, estamos acá todos los miércoles de 10 a 11:30 y el espacio está abierto. Es un lugar de contención, de reflexión, y si venís varias veces se genera un proceso terapéutico.

Invito a todas las personas que quieran experimentar y conocer la danza movimiento terapia. Invitaría a toda persona interesada en reconectar con lo originario en cada uno y en su forma de relacionarse. Reconectar con mi forma de sentir, de moverme, de conectarme, de relacionarme. Además de ser un lugar, dicho por una participante, que me permite salir de mi lugar de confort, es un lugar seguro. La regla número uno es: cuando nos cuidamos, a las demás y el espacio, todo está permitido. Es también un lugar de libertad. Es como un laboratorio de mis movimientos cotidianos. Cambiar posturas, movimientos. Por ejemplo: me considero lento, todo lo que hago es lento. La idea es reflexionar sobre esa lentitud. ¿Qué movimientos identifico con la lentitud? Y qué pasa si me permito ser más rápido. Atreverte, buscar otras miradas. Es un espacio para la exploración.

Sofi: Conocerte desde otro lugar, muchas veces conocerte sin palabras. Aunque al principio y al final está presente la palabra. Es una forma de conocernos desde el movimiento. A mí me paso que no conocía a las participantes, y yo tengo la costumbre de hablar mucho, y cuando intento conocer a alguien hablo y hago muchas preguntas. En este encuentro me di cuenta que conocí a gente sin la necesidad de hablar. Es una forma de conocernos sin ser tan invasivos.

Vale: Se genera confianza, se generan vínculos. A veces utilizamos la palabra al inicio por si alguien quiere compartir algo. Pero me doy cuenta que muchas de las preguntas que hacemos, y muchas de las palabras que usamos no nos llevan a lo importante o lo significativo de la persona. «Lo importante es estar presente». Eso es algo que escuché muchas veces de las maestras de dmt. En una de las semanas intensivas, tuvimos la suerte de poder aprender de Sharon Chaiklin y de su tremenda experiencia en dmt (tiene 88 años). Me acuerdo que nos dijo: «Está bien preparar la clase, seleccionar la música, pero lo más importante es estar presente, observar y darme cuenta de lo emergente para poder improvisar».

Trasnversal.uy: ¿Cómo se proyectan?

Vale: Personalmente, sueño con que este espacio se pueda sostener. Que haya cada vez más gente interesada en entrar en estos procesos. Y después también abrirnos a trabajar con instituciones, con grupos ya formados; en centros de salud, en escuelas. La dmt es muy joven en Uruguay, somos pocas las danza movimiento terapeutas, recién estamos en ese proceso de conocernos y hacer conocer la propuesta de la dmt. De hecho, en pandemia creamos el Colectivo dmt Uruguay, en diciembre pasado.

Sofí: Yo coincido en esos proyectos con Vale. Me interesa realizar ese proceso más largo, un proceso más terapéutico. También me interesa llevarlo a otras instituciones, yo tengo esas experiencias de música con hogares de la tercera edad, y es un lindo aprendizaje. Además, me proyecto mucho en la Ciudad de la Costa, me gustaría trabajar mucho por más por acá.

Vale: me interesa mucho seguir trabajando con Sofí y su música en estos espacios.

Así queda presentado este espacio de encuentro terapéutico en nuestra ciudad, los invitamos a conocerlo y participar.

«Invito a todas las personas que quieran experimentar y conocer la danza movimiento terapia. Invitaría a toda persona interesada en reconectar con lo originario en cada uno y en su forma de relacionarse. «

Valerie Gros

Danza moviminto terapeuta

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