Foto y montaje bandera : © 2022 Alejandro Denes

¡Salú, por los que se animan!

28.2.2022 Texto: Ignacio Arturaola

«¿Te acordás hermano qué tiempos aquellos  / cuando ser de izquierda pintaba muy bien / y éramos certeza de promesa y cambio / mientras la derecha se hacía paté?» Así comienza Agarrate Catalina el último de sus cuplés del repertorio de 2022 de su espectáculo, La involución de las especies. Qué lindo es cuando un repertorio de murga se sale de lo establecido. Rompe con la norma de buscar el aplauso fácil con la crítica dura y directa que en muchos casos carece de creatividad, y se mete a decir cosas que te hacen pensar durante los días siguientes. Precisamente Agarrate Catalina, que supo ser señalada en el 2019 por no jugarsela ni tomar partido, es la que saca a relucir en su cuplé final una de las joyitas carnavaleras del 2022.

En este carnaval no son una sorpresa la cuestión de las conferencias de prensa, la libertad responsable, la sátira al presidente sobre sus gestos y caricaturas a sus manos derechas. Hay para todos los gustos y algunas sátiras son excelentes como la de Doña Bastarda, La Cayetana Queso Magro, Los Muchachos o Los Chobys. Pero, en otros casos, roza lo panfletario.

La murga trata del tema de la tibieza, concepto que sobrevuela en organizaciones de izquierda siempre que alguien se anima a romper con lo establecido. El que critica a las dictaduras con fachada izquierdista en América Latina, el que apuesta por el diálogo a veces es tachado de tibio. Pero lo que la murga quiere mostrarnos de forma magistral es que tibio es aquel que no dice sus verdades, que no se la juega ni va a tratar de hacerse oír.

«Nos hablan de Cuba y de Nicaragua / y nos acorralan contra la pared / y los esquivamos como gato al agua / y pa´ decir Gregorio decimos gre gre

¿Cuántas veces escuchamos que la gente que votó un cambio estuvo equivocada?, lo vemos en más de un libreto murguero en este año, sin tener en cuenta los errores enormes de gestión del último gobierno frenteamplista, los hechos reñidos con la ética de varios jerarcas importantes y todos los problemas relacionados a la fórmula presidencial. Claro que a la gente le mintieron cuando le prometieron que se terminaban los aumentos, que iban a ser los mejores cinco años de sus vidas y en otro montón de cosas, pero no se puede caer en ese discurso de autocomplacencia, porque no te permite avanzar ni mejorar.

Nos llama a volver al pensamiento crítico, a poder discutir hacia adentro en cualquier organización sobre lo que se hace mal, sin que eso signifique hacerle el juego a la derecha.  La murga se planta contra los discursos que aún persisten al estilo Guerra Fría, sacados de los años 60, cuando el mundo cambia a una velocidad increíble y todo aquello se vuelve impracticable

«Yo no sé qué pasó con nosotros  / cuándo fue que perdimos la fe  / cuándo fue que apagaron los bafles / y las luces en el comité. Yo no sé si será que quedamos  / abrazando un discurso de ayer  / congelados como caballitos  / atrapados en un carrusel.»

La autocrítica que al Frente Amplio le llevó más de un año procesar y discutir termina siendo para la tribuna cuando escuchamos este tipo de argumentación o de justificación por los errores.

«Yo no quiero defender lo indefendible / yo no quiero resignarme a lo que hay / yo no quiero disciplina partidaria / ni autocrítica pasteurizada y light.»

También entra en la bolsa la cuestión de las redes sociales y los mensajes de dirigentes y militantes que, lejos de construir y marcar las diferencias, contradicciones con altura, simplemente tiran bidones de nafta en un mundo incendiado como el de los 280 caracteres.

«Yo no quiero enardecer a la tribuna  / yo no quiero ser bufón de tu opinión  / yo no quiero llenar las barricadas  / con panfletos camuflados de canción.»

Salú por la Catalina que está en un gran año y se coloca como candidata a repetir el título a falta de dos ruedas para terminar el concurso. Pero ¡salú!, sobre todo, por animarse, por jugársela entera para hacernos pensar en un carnaval donde la autocrítica hacia la izquierda brilla por su ausencia.

Este cuplé es un baño de agua fresca y rebeldía, nos llama a construir una nueva izquierda, constructiva, levantando las viejas banderas pero entendiendo que hay un nuevo mundo para transformar, incorporando las nuevas demandas, siempre bajo la bandera de la justicia social.

«Lo que quiero es una izquierda del futuro / sin cadenas obsoletas que arrastrar / solidaria, equitativa, paritaria,  / sin perder nunca ninguna libertad.  / Lo que quiero es una izquierda a la criolla y es por eso que me juego el corazón / convencido que cambiar nuestras cabezas  / es la única y real revolución.»

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