Fotografía: ©2020 Meri Parrado

Pandemia y comunidad

16.12.2021 Texto: Gabriela Villar

La Conferencia Internacional de Atención Primaria de Salud reunida en Alma Ata, Kazajistán, en setiembre de 1978, expresa en el primer artículo de su declaración:

La Conferencia reafirma con decisión, que la salud, que es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad, es un derecho humano fundamental y que la construcción del nivel de salud más alto posible es un objetivo social prioritario en todo el mundo, cuya realización requiere la acción de muchos otros sectores sociales y económicos, además del sector sanitario.

Realizar un análisis de lo que ha significado la pandemia en la comunidad, implica conceptualizar una serie de temas que están relacionados, y que conforman un entramado muy amplio. Para un mayor entendimiento, dividiremos la temática en dos capítulos. El primero intenta dar una visión sobre los cambios producidos en la vida cotidiana de la sociedad a raíz de la pandemia; el segundo hace referencia a la forma de vincularnos a partir de una nueva realidad.

Capítulo i

Cambios en la vida cotidiana

Abordar el tema de la pandemia desde un punto de vista psicosocial implica comprender que no puede explicarse desde un aspecto estrictamente sanitario, dado que no es simplemente producto de la acción de un virus, el que se produzca una epidemia, sino que es necesario que converjan determinadas condiciones sociales, económicas y culturales, entre otros aspectos.

El ser humano es un ser biopsicosocial en el cual estos tres factores (biológico, psicológico y social) constituyen un todo. Se hace referencia al modelo biopsicosocial cuando el enfoque que atiende la salud de las personas parte de la integración de estas tres dimensiones, ya que no alcanza con que el individuo esté sano físicamente.

Es en este sentido que debemos preguntarnos cómo ha repercutido —y está repercutiendo— a nivel psicosocial esta pandemia en la cual la incertidumbre, el miedo a lo desconocido, la angustia, la soledad, el distanciamiento físico, han producido un cambio significativo en nuestra vida cotidiana durante un lapso de tiempo prolongado. 

Hablar de cotidianidad refiere al modo de organización material y social de las personas en un contexto sociohistórico determinado, la forma en la que nos desenvolvemos día tras día. Implica una reiteración de acciones vitales en las cuales hay una distribución diaria del tiempo y el espacio. Es decir, es el desarrollo de nuestra historia individual, y pone de manifiesto el mundo subjetivo que experimentamos y también lo compartido con otros. Tiene que ver con nuestra especificidad en cómo me siento, cómo soy y cómo me construyo desde el otro y desde mi propia individualidad. 

Es indudable que a consecuencia de la pandemia se vio alterada la cotidianidad de las personas. El espacio de la vivienda pasó a transformarse en un espacio contenedor de todos los otros espacios (educativo, laboral, familiar, de alimentación, de recreación).

También pasó a ser un espacio virtual, en el que la tecnología tiene un rol preponderante como herramienta, recurso que permitió y permite mantener un intercambio y una comunicación entre las personas, además de todo lo que implicó en el ámbito laboral con el teletrabajo o en el educacional con plataformas como CREA en el Plan Ceibal, creado en el año 2007 para apoyar con tecnología las políticas educativas de nuestro país.

Pero cabe preguntarnos: ¿cómo es esa comunicación a través de una pantalla, en la que sólo podemos ver un rostro y escuchar la voz, sin poder apreciar la gestualidad, el movimiento, la cercanía física? De algún modo, se presenta una tensión entre lo presencial y lo virtual e influye significativamente sobre las variables de espacio y tiempo mencionadas anteriormente. 

¿Por qué decimos esto? Porque lo presencial no puede reemplazarse por lo virtual, en el entendido que lo virtual no ha podido reproducir todo aquello que sucede en un vinculo personal donde la interacción de las personas es directa. Hablamos del encuentro con el otro. Los seres humanos somos, por naturaleza, seres sociables y las relaciones interpersonales son un elemento de gran importancia en nuestro desarrollo.

Capítulo ii

Los vínculos 

La forma en que una persona se relaciona con las demás es a lo que Enrique Pichon-Rivière conceptualiza con el término vínculo. El vínculo es un elemento fundamental para la supervivencia y la adaptación al medio que nos rodea, tanto social como natural.

Y en esta cuestión de los vínculos, cabe detenerse unos instantes a reflexionar lo que implican en la vida de cada uno de nosotros, porque, sin duda, somos con el otro y cuando, por una situación de crisis como la pandemia, se nos restringe la posibilidad de vincularnos como lo hacíamos habitualmente, nos vemos afectados emocionalmente.

Tiene que ver con ese mundo interno y mundo externo, en cómo el afuera repercute en el interior de cada uno. Justamente es en ese punto donde se produce una ruptura en la cotidianidad. Se plantea, entonces, una situación de vulnerabilidad  que requiere el apoyo psicosocial para generar una estabilidad emocional que debe ser evaluada y diagnosticada para determinar las cuestiones ligadas a la realidad social. Una nueva realidad que debe ser transformada. 

 Si aspiramos a una sociedad donde la democracia y la libertad estén íntimamente unidas al concepto de equidad, igualdad y justicia social, se hace necesario conocer dicha realidad, aprenderla, problematizarla, criticarla y trabajar con los otros para lograr una operatividad que permita concretar los cambios posibles en función de las necesidades de la sociedad, golpeada por una crisis sanitaria a nivel mundial.

La globalización dejó al descubierto las desigualdades que las políticas neoliberales han provocado y que dan lugar a que las conquistas en los planos de la educación, las relaciones laborales y la salud fueran arrasadas sin más. Si bien el Estado siempre está presente, cabe preguntarse qué dirección toma y a que intereses responde cuando el retroceso es tan evidente en las diferentes áreas que importan a un país.

La oportunidad está dada en una construcción colectiva que apunte a una sociedad verdaderamente igualitaria, democrática, en la que la salud sea un derecho en el sentido más amplio, al igual que la educación, el trabajo y todas las áreas que conforman a una sociedad.

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